Cuarta temporada seguida del Madrid sin cantar victoria en Vallecas (tres empates y una derrota), segundo partido consecutivo de los blancos sin marcar y sin que Kylian Mbappé tiré a portería. La gran explicación de Xabi Alonso a otra tarde de fútbol muy escaso de los suyos fue que en Vallecas siempre es difícil. “El Rayo te exige mucho, te lleva a un ritmo frenético. En las transiciones ofensivas, no hemos podido desequilibrar”, comentó el técnico vasco, de nuevo parco en el análisis. El tolosarra acostumbra a dividir esta primera parte de la temporada por bloques, según los parones de selecciones. Y este concluyó con el equipo torcido solo dos semanas después de lo que pareció un triunfo revitalizante en el clásico. ¿Le preocupan más los resultados en Anfiled y Vallecas, o el juego de esta semana? “Me preocupa querer seguir mejorando. Todavía estamos en noviembre. Hay que tener exigencia propia y también mesura”, reclamó un Xabi que aseguró saber en qué club se encuentra. “En los momentos buenos y malos, hay que estar equilibrado. La exigencia es máxima, pero nos preparamos para ella”, añadió en una comparecencia corta. Entre Liverpool y la visita al sur de Madrid, su equipo apenas sumó siete disparos entre los tres palos en ambos encuentros, según la estadística de Opta. No amenazó Mbappé, muy desaparecido durante casi toda la tarde, y los blancos se quedaron a cero. Según la métrica de Opta, los blancos generaron, incluso, menos peligro que el Rayo: 0,82 goles esperados por los 1,19 de los locales. En todo el curso, frente a los 18 tantos del francés, Vinicius (el más activo en Vallecas) suma cinco; Güler y Bellingham, tres; y Brahim y Mastantuono, solo uno. Este domingo, cuando quedó confirmado que el duelo se le había atravesado al Madrid, Alonso recurrió otra vez a Rodrygo, otra vez transparente. En el banquillo se quedaron sin salir dos nueves como Gonzalo García y Endrick. “Nos ha faltado crear más ocasiones en alguna transición”, lamentó el entrenador merengue. Vinicius, desde del desafío público a la autoridad de Xabi, completó su segundo choque consecutivo. Aportó más cargas que daño real: 10 regates intentados y cuatro completados. La tarde arrancó al ritmo de “Compra toallas, Presa, compra toallas”. Fue la burla de los aficionados rayistas a su presidente a costa del caso toallas, originado tras el vídeo del Lech Poznan en el que el club polaco se reía de las toallas que le había dejado el madrileño en el vestuario antes del partido de la Conference. La cuestión es que, desde el final de ese encuentro, apenas pasaron para los locales 65 horas hasta la cita contra el Madrid. Ni tres días de recuperación, aunque no lo pareció por lo visto sobre el césped. Durante la primera parte, el Madrid jugó al ralentí y, cuando apretó, no le dio. Xabi, sin embargo, negó que hubiera faltado intensidad. En el descanso, prescindió de Dean Huijsen, ya con tarjeta amarilla y en un momento descendente en la temporada, por Raúl Asencio. Y sorprendió también que Trent Alexander-Arnold arrancara desde el banquillo por cuarto duelo seguido tras volver de la lesión. Como en Anfield, solo salió en el tramo final por Valverde, que se marchó con molestias en la parte posterior del muslo derecho. “Necesita más tiempo después de la lesión”, despejó Alonso a la cuestión del poco peso del inglés en sus planes y antes de levantarse serio hacia el autobús.

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