A finales del siglo XIX, un artículo en la revista neoyorquina Harper´s definió la ciudad inglesa de Birmingham como “la mejor gobernada del mundo”. Gozaba entonces de limpieza en los suburbios victorianos, servicios públicos… incluso una universidad. La segunda urbe del Reino Unido, con 1,2 millones de habitantes, sufre hoy su sexta semana de huelga de recogida de basuras. Ratas y moscas merodean las montañas de bolsas de residuos que inundan algunas calles ―las de los barrios más desfavorecidos―; los vecinos oscilan entre su apoyo a las reclamaciones de los trabajadores municipales y su hastío ante un panorama que muchos presentan ya como el ejemplo gráfico de un país en decadencia.“Estoy harta de responder a los periodistas, pero te diré algo: ¿quién puede vivir en estas condiciones? Yo también tengo que levantarme cada día a trabajar a cambio de un sueldo que no me convence. ¿Pero esto? Vivimos rodeados de ratas y a nadie parece importarle lo más mínimo”, explica una mujer negra que fuma un cigarrillo y charla con su amiga, cubierta con un hiyab musulmán.Las dos trabajan en un centro de acogida de personas sin hogar en el barrio de Balsall Heath, uno de los más afectados por la huelga. La mayoría de los vecinos son de origen paquistaní. Hay cerca de 200.000 en todo Birmingham, y constituyen la segunda comunidad más importante de esta nacionalidad en el Reino Unido. Son los que más sufren la huelga, en zonas como Sparkhill, Yardley Wood Road o Hallam Street.Basura acumulada en el barrio de Balsall Heath, en Birmingham, este martes pasado.Rafa De Miguel El Ayuntamiento de la ciudad, gobernado por el Partido Laborista, se declaró en quiebra en 2023. En parte por una gestión inadecuada, que había elevado casi a los 100 millones de euros el déficit municipal. Pero sobre todo porque se vio inundado por múltiples reclamaciones que exigían la aplicación de la llamada Equal Pay Act (Ley de Igualdad Salarial). Una negociación fallida con los sindicatos supuso hacer frente a un montante de casi 900 millones de euros imposible de afrontar. Desde entonces, el Gobierno municipal ha emprendido una política de recortes que ha afectado también al personal de recogida de basuras.Pretenden eliminar el departamento de Oficiales de Recogida y Reciclaje de Residuos, un equipo que surgió precisamente de la huelga anterior. Su tarea (básicamente, la del operario que viaja en la cola del camión de la basura) es la de controlar la seguridad e higiene del procedimiento. Al recolocar a esas 150 personas, dice el sindicato Unite, que lidera la huelga, todas ellas perderán más de 9.300 euros de su salario anual o se verán en la calle. El Ayuntamiento asegura que la mayoría recibirá formación y será recolocada. Las pérdidas de sueldo, aseguran, nunca serán tan elevadas.Un desafío para el Partido LaboristaEl pasado lunes, un 97% de los trabajadores rechazaron la última oferta del Gobierno municipal, y se mostraron dispuestos a mantener la huelga. Aunque el Ejecutivo del Partido Laborista y su primer ministro, Keir Starmer, intentaron desde un primer momento presentar la crisis de Birmingham como un asunto local, el deterioro de imagen provocado por miles de bolsas de basura acumuladas ha hecho que la situación se vuelva insostenible.La central sindical Unite, un apoyo fundamental e histórico del laborismo, se ha mostrado cada vez más distanciada de las políticas de Starmer, que considera excesivamente conservadoras y contrarias a los intereses de los trabajadores. “En vez de poner en circulación medias verdades sobre estos trabajadores tan mal pagados, con el propósito de ganar la batalla en los medios, el Gobierno debería haberse tomado su tiempo en comprobar los hechos y usar su influencia para forzar al Ayuntamiento a negociar”, ha exigido Sharon Graham, la secretaria general del sindicato.La viceprimera ministra, Angela Rayner, que ocupa también el puesto de ministra de Vivienda y Gobierno Local, tiene un pasado combatiente. Procede de clase trabajadora, y fue en un principio el enlace entre el equipo de Starmer, más tecnócrata y de clase media, y los sindicatos. Su visita a Birmingham, que culminó con la exigencia a Unite de que aceptara la oferta del Ayuntamiento, y con el envío a la ciudad de tres militares para colaborar en la logística de emergencia, ha soliviantado aún más al sindicato.El pasado martes, las calles del barrio de Balsall Heath eran un reguero de suciedad. Los servicios mínimos habían recogido 12.000 de las 17.000 toneladas de basura acumulada, pero por todas partes había latas, botellas de plástico, cartón y hasta muebles viejos. Muchos vecinos habían recurrido a la práctica ilegal de arrojar sus restos de manera clandestina en puntos prohibidos.“El olor era insoportable. Es muy normal en esta zona que la gente arroje la basura ilegalmente, pero lo de estos días pasados lo ha superado todo. Era irrespirable, y apenas ha mejorado”, explica Jenny, una vecina que lleva más de 40 años viviendo en Birmingham, y que habla con el corresponsal mientras utiliza en su calle una de esas pinzas extensibles que ayudan a recoger basura sin necesidad de agacharse.―¿Está irritada con los huelguistas? ¿Vota usted al Partido Laborista?“Soy socialista de toda la vida, y no voy a dejar de apoyar a los trabajadores. No están reclamando una subida salarial, sino que no se recorten aún más sus sueldos. Esto es fruto de un Ayuntamiento indolente que no ha sabido cómo gestionar la ciudad desde hace muchos años”, explica.No todos son de su misma opinión. Mohamed, de 55 años, es un paquistaní que lleva dos décadas viviendo en Birmingham. Ha visto ratas por la calle del tamaño de gatos, dice, y se siente completamente abandonado por las autoridades. “Trabajo en el servicio municipal de limpieza, me levanto cada día a las seis de la mañana para limpiar oficinas y cobro la mitad que estos trabajadores. No me parece justo lo que están haciendo”, asegura junto al cubo de basura de su vivienda. Hace unos pocos días consiguió vaciarlo en unos de los puntos habilitados por el Ayuntamiento. Ya está de nuevo rebosante.Mohamed, trabajador municipal de Birmingham, este martes a las puertas de su vivienda.Rafa De Miguel El Partido Conservador elude su responsabilidad pasada en el deterioro de muchas ciudades de Inglaterra y acusa al laborismo de Starmer de estar entregado a sus “amos”, los sindicatos. “17.000 toneladas de basura y ratas como no se habían visto desde las trincheras de la I Guerra Mundial. Esto es lo que uno obtiene si vota al Partido Laborista”, ha denunciado el populista Nigel Farage, líder del partido Reform UK.La crisis de Birmingham se ha convertido en un doloroso recordatorio para Starmer del deterioro del Reino Unido que no cesó en denunciar desde la oposición, y que ahora corresponde solo a él y a su Gobierno enderezar.
La peste de Birmingham: una huelga de basuras revela el deterioro de las ciudades inglesas y pone en aprietos a Starmer | Internacional
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