Llegará el día en que reportajes como este, probablemente mejores, los firmen quienes hoy escriben las crónicas del Fósiles-Rayo Cayetano, como esta la firma quien glosó hace 12 años los Mac United-Maccabi de Levantar. El cachondeo de los nombres bebe de la informalidad del Torneo de Periodismo (TP), un imprescindible del Grado de Periodismo en Valladolid desde hace 20 años, pero contrasta con el absoluto rigor para documentarlo. Los equipos masculinos y femeninos de los cuatro cursos se implican para reseñar los partidos de fútbol sala, garantizar arbitrajes e innovar en los formatos: el blog original ahora se acompaña con pódcast, cobertura en redes sociales o contenidos en TikTok. Los participantes se vuelcan como vía de socialización y para adquirir experiencia: las crónicas, fotografías o nuevas narrativas curten para el sufrido futuro profesional.Los chicos de Periodismo juegan un “portería a portería”.Emilio FraileLos dos equipos calientan en unas canchas cercanas a la Facultad de Filosofía y Letras, nuevo feudo por obras sobre el legendario Municipal de la Gasolinera o Pista roja, llamado así por la cercanía a unos surtidores y el color del lesivo tapete de cemento. El torneo se celebra en horario matinal y, a veces, coincide con las clases, aunque se adecúa el calendario a las prácticas o días cruciales. El dinero para balones, silbatos o trofeos proviene de fiestas autoorganizadas; los fondos para pancartas o megáfonos, del bolsillo individual para alentar a los suyos.Decenas de universitarios, algunos con sillas o toallas de playa, se reparten por los alrededores del campo entre cervezas, agua, pipas, aperitivos o bocatas. El sol aprieta, los chavales comentan batallitas como que uno no ha pasado la ITV mientras otro prepara un trípode y un iPhone. Este dispositivo servirá para emitir el choque y, si alguien se anima, narrar jugadas, objetivo de futuro, según el encargado de la herramienta, Andrés Barreira, de 23 años, cuarto curso.“Empecé a grabarlo el año pasado para los Erasmus, que lo echaban de menos, y este decidí comprarme el iPhone porque me gusta lo audiovisual y aprovecho para grabar el TP”. El estudiante lo ve como “un rodaje, una experiencia divertida, en la carrera hay pocas prácticas” y destaca que un reciente vídeo sumó 100.000 visitas en TikTok y que hay colegas que, en ratos muertos, ven partidos repetidos para apreciar errores. Rubén Aparicio (21 años), ya acabando la carrera, aplaude la implicación de novatos y veteranos “para hacer un año memorable y dejar legado; lo del pódcast era un sueño” y anhela juntar a viejas glorias para reeditar tiempos pasados.La profesionalidad late en el divino disparate de este torneo idolatrado por las generaciones que hoy ejercen y antes aprendieron y socializaron con la excusa del fútbol sala. Las camisetas de los conjuntos, con abundantes nombres vinculado a lo etílico y groserías varias, tienen dorsal personalizado, hacen publicidad gratuita de los templos nocturnos que los acogen o serigrafían los proyectos del alumnado: entre ellos, Silencio Rural, sobre despoblación en Castilla y León, o Agente Libre, de fútbol y deporte. El tiempo ha difuminado el prefijo MAC de los nombres de equipos, en honor durante lustros a la icónica y querida profesora Margarita Antón Crespo, fallecida en 2020.Tal despliegue honra a Juan José López (39 años), periodista de El Norte de Castilla y fundador del TP en 2005, cuando Periodismo empezó a rodar en la Universidad de Valladolid (UVa). “Éramos una minoría en la facultad, nos conocíamos solo de novatadas, sin nada en común y decidimos montar un torneo”, evoca. Desde entonces, éxito: patrocinios de tiendas de deporte, finales del TP en polideportivos municipales llenos y auge del equipo de Filosofía para el trofeo Rector, pasando de débil a puntera.“Me llamaron de la UVa para replicarlo, pero no queríamos que metieran mano para no perder la esencia”, señala López, que piensa que “para el alumno es una forma de saber si le gusta enfrentarse a una crónica, escribir, fichas técnicas, fotos…” y que a él le fue clave para manejar blogs. De su quinta, hay muchos trabajando en grandes medios nacionales. “El TP está vivo como el propio Periodismo”, celebra, e insta a los medios a “fichar para la semana que viene” a los bisoños plumillas de quienes envidia “cómo llevan las nuevas tecnologías”.Sandra Sánchez Riquelme (33 años), responsable de fútbol femenino en Relevo y comentarista del FC Barcelona en DAZN, tilda al torneo del “mejor recuerdo” de su etapa formativa y abunda en su influencia en las chicas: “En 10 años han cambiado las cosas, fue una pequeña vía de entrada hacia el deporte femenino, pero abría la mente a que ellas también juegan pachangas, se pican o beben cerveza, parece arcaico comentarlo”.“Mis crónicas de MacMariams me las tomaba tan en serio como la de la tercera Champions del Barça femenino”, comenta Riquelme. Sara Carmona (32), periodista deportiva especializada en Big Data, ensalza ese “recuerdo espectacular de fiesta y deporte con compañeros, había una rivalidad tremenda con las de tarde, que se lo tomaban muy en serio” y “alucinaba con la implicación de organizar partidos”. Samuel Gil Quintana (32), en comunicación del Deportivo Alavés y viejo delantero de MacBentos, sentencia: “Se veía a quienes amaban esa carrera y quienes se identificaban con ella”.Menos gusta en el claustro, que bien conoce el TP, que la asistencia ―no obligatoria― mengüe. Un docente, bajo anonimato, lamenta “el absentismo” aunque admite las enseñanzas: “Hacen directos, entrevistas, pódcast, se lo curran, es chulo que tengan proyectos juntos, pero se olvidan de la parte de clase”. Otro lo ve “perfecto para socializar, crear unión y sentimiento de pertenencia”, pero ve negativo si los encuentros coinciden demasiado con algunas asignaturas. Iván Díaz Rolle (32), de La Voz de Galicia, matiza, pues había alumnos fantasmagóricos que no pisaban las aulas pero tampoco el torneo: “En otras carreras no hay TP y la peña pasa de las clases para quedarse en cafetería echando un mus”.Uno de los participantes es entrevistado para generar contenido para las redes sociales del TP.Emilio FraileAlgunos de estos nombres siguen resonando en el TP entre quienes hurgan en la hemeroteca. Emilio Alonso (21) aplaude “algo único, que no existe en otras carrerasy en el que se juega a la comedia”, pero añade que se lo toman en serio y si ganan, tienen “prestigio” y quedan “en la historia”.Nazaret Villagrá (18), novata, cree “una locura” la cobertura o que se grabe a jugadores haciendo retos de sí o no en TikTok y agradece esta vía de practicar sobre todo para quienes quieren hacer periodismo deportivo. Los únicos fastidiados, los niños que salen del colegio balón en mano y ven la pista ocupada, aunque enseguida alucinan con el sudor de las porfías, la ayuda a una jugadora lesionada que sale en la sillita de la reina entre dolor y gloria y las estampidas de hinchas cuando el débil equipo de novatos marca gol al potente de veteranos. En el bar de al lado, alumnos de Ingeniería juegan al mus.
De crónicas en blog, al pódcast y al TikTok: 20 años de evolución generacional del Torneo de Periodismo de Valladolid | España
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