En plena víspera de navidad, el panorama de seguridad en el departamento de Córdoba ha generado alertas. El gobernador Erasmo Zuleta Bechara manifestó públicamente que el Clan del Golfo, también autodenominado Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), no ha cumplido con el compromiso de cesar sus actividades delictivas contra la población civil, una condición que se consideraba fundamental para avanzar en la construcción de confianza dentro de los procesos de paz.A pesar de que el Gobierno Nacional ha establecido zonas de ubicación temporal para este grupo armado en municipios como Tierralta, las cifras locales indican un fenómeno opuesto al alivio humanitario esperado.Catar anuncia que albergó la primera ronda de mediación entre el Gobierno y el ‘clan del Golfo’. Foto:CortesíaSegún el mandatario departamental, el delito de extorsión ha mostrado una tendencia al alza que afecta la tranquilidad de comerciantes y ciudadanos en la región.“A la fecha de hoy, las extorsiones no han cesado, sino todo lo contrario, han aumentado y hay un subregistro en las denuncias de extorsión”, afirmó Zuleta Bechara en una entrevista concedida a la emisora Blu Radio.El gobernador enfatizó que el cese de este tipo de presiones económicas era el gesto de voluntad que el departamento le había exigido a la organización armada para validar su intención de desmovilización.Cuestionamientos a la paz totalLa situación en Córdoba ha llevado al gobernador a plantear una reflexión profunda sobre los alcances de la política de paz implementada por la administración del presidente Gustavo Petro.Zuleta sostiene que, aunque el anhelo de paz es universal entre los colombianos, la ejecución de los actuales procesos parece estar permitiendo un fortalecimiento de los grupos al margen de la ley en lugar de su desarticulación efectiva.“Yo creo que lo primero que hay que hacer es comenzar a redefinir ese concepto de paz aquí en Colombia”, señaló el mandatario cordobés al medio citado. Para el funcionario, los resultados en las regiones no han sido los esperados y cuestionó si la estrategia nacional está brindando las garantías necesarias para que los procesos de diálogo no repitan fracasos del pasado.Preocupación por la seguridad públicaLa inquietud del gobierno departamental no se limita únicamente a los delitos económicos. El gobernador recordó hechos de violencia recientes que han enlutado a la fuerza pública, como el asesinato de siete jóvenes en el departamento del Cesar, de los cuales tres eran oriundos de Córdoba.Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo, máximo líder del ‘clan”. Foto:EL TIEMPOEl mandatario cordobés enumeró varios puntos de preocupación sobre el estado actual de la seguridad:* La falta de garantías reales para la población civil en las zonas de influencia del grupo armado.* El aumento tangible en las denuncias por extorsión en los municipios del departamento.* El fortalecimiento logístico y operativo de las estructuras ilegales durante los últimos meses.* La violencia persistente contra los miembros de la Fuerza Pública.Para la gobernación de Córdoba, es imperativo que el ‘clan del Golfo’ demuestre con hechos verificables su disposición al desarme. Zuleta Bechara insistió en que el país requiere tranquilidad y que los diálogos no deben ser una oportunidad para que los grupos armados se consoliden territorialmente mientras la ciudadanía continúa bajo el asedio de la delincuencia.Entrevista videopodcast presidente de Colpensiones Foto:*Artículo desarrollado con apoyo de IA y revisado por un periodista.

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