Con algunas cautelas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) compra al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, una parte de sus argumentos de la guerra comercial. La hipotética recaudación lograda con los aranceles lleva a los expertos del Fondo a pronosticar una rebaja del déficit público de la primera potencia del mundo desde el 7,3% del producto interior bruto (PIB) de 2024 al 6,5% este año. Al tiempo, el FMI alerta en su Monitor Fiscal publicado este miércoles del elevado desfase de las cuentas públicas de Estados Unidos y China y del potencial impacto de la guerra comercial en el aumento de la deuda pública mundial que, según calcula, alcanzará el 100% del producto interior bruto a finales de la década. Además, pide a los países de la Unión Europea que acometan aumentos del gasto en defensa que tengan “planes creíbles de financiación” para los mismos, lo que se traduce en más ingresos o menos gastos en otras partidas.El ejercicio de equilibrismo que hace el FMI con sus previsiones de déficit de Estados Unidos es algo sorprendente, teniendo en cuenta el frenazo que pronostica para su economía. “Se prevé que el déficit fiscal disminuya del 7,3% del PIB en 2024 al 6,5% en 2025, condicionado al aumento de los ingresos por aranceles. Sin embargo, la magnitud de ese aumento es muy incierta”, dice el informe del FMI.Pese a que hace ese pronóstico, el Fondo recuerda los múltiples interrogantes que hay sobre el nivel de ingresos por aranceles y su potencial recaudatorio por múltiples motivos que incluyen el incierto nivel tarifario, la evasión de aranceles y la elasticidad de las importaciones. Trump se ha puesto como objetivo una recaudación de 600.000 millones de dólares que parece inalcanzable. Un 0,8% del PIB de Estados Unidos supone unos 250.000 millones de dólares, aunque el FMI no dice expresamente que los 0,8 puntos de reducción del déficit se deban a los aranceles.Que el Fondo rebaje 0,8 puntos la previsión de déficit con los ingresos aduaneros como factor decisivo llama aún más la atención porque el propio informe reconoce que “los aranceles pueden frenar la actividad económica, lo que podría afectar negativamente a otras bases impositivas, como los impuestos sobre la renta, y contrarrestar así parte de los ingresos obtenidos gracias a los aranceles”. Eso sí, el FMI se cubre las espaldas: “Estas proyecciones son muy inciertas”, dice. Además, aclara que no tienen en cuenta las medidas que se están debatiendo en el Congreso, que incluyen prorrogar o hacer permanentes las enormes rebajas fiscales que expiran a finales de 2025 y examinar diversos recortes y aumentos del gasto.Gasto en defensaEl informe del FMI incluye también una recomendación para todos los países de la Unión Europea que, como España, acometan fuertes aumentos del gasto en defensa. “Los aumentos permanentes del gasto en defensa deberían ir acompañados de planes de financiación creíbles que describan cómo se financiarán gradualmente estos aumentos, junto con la combinación prevista de subidas de impuestos y recortes del gasto en función del espacio fiscal disponible del país”, dice el Fondo.Insiste en la misma idea en otro punto del informe: “Para los países que se enfrentan a nuevas necesidades de gasto ―por ejemplo, en defensa― es esencial demostrar un firme compromiso con la sostenibilidad fiscal y la prudencia, al tiempo que se garantiza la transparencia. Cualquier aumento permanente de los desembolsos fiscales para inversión y defensa debe ir acompañado de una mayor eficiencia del gasto, de sistemas de adquisición reforzados y una mejor planificación fiscal plurianual y previsión macroeconómica para garantizar evaluaciones realistas de su impacto en el crecimiento económico. El aumento de los desembolsos debe estar respaldado por planes de financiación creíbles que detallen cómo se financiarán, incluida la combinación prevista de medidas fiscales y de gasto”, señala.El informe sobre las cuentas públicas del FMI subraya cómo ha aumentado la incertidumbre con una guerra comercial que ha debilitado las perspectivas de crecimiento y aumentado los riesgos. “Estos acontecimientos se producen en un contexto de aumento de los niveles de deuda en muchos países y de unas finanzas públicas ya muy presionadas, que en muchos casos también tendrán que hacer frente a nuevos aumentos permanentes del gasto, como el destinado a defensa. El aumento de los rendimientos [exigidos a la deuda] en las principales economías y la ampliación de los diferenciales en los mercados emergentes complican aún más el panorama fiscal”, afirma.El FMI proyecta que la deuda pública mundial aumentará 2,8 puntos porcentuales este año, más del doble de las estimaciones para 2024, lo que elevará los niveles de deuda por encima del 95% del producto interno bruto. “Es probable que esta tendencia al alza continúe, y que la deuda pública se acerque al 100 % del PIB a finales de la década, superando los niveles registrados durante la pandemia”, añade, advirtiendo que ante la incertidumbre y el panorama económico cambiante, los niveles de deuda podrían aumentar aún más.Además, la escalada de la incertidumbre geoeconómica podría agravar los riesgos de endeudamiento, lo que provocaría un aumento de la deuda pública debido al incremento del gasto, en particular en defensa. La demanda de apoyo fiscal también podría aumentar en los países vulnerables a perturbaciones graves derivadas de las crisis comerciales, lo que impulsaría el gasto. El Monitor Fiscal estima que un aumento significativo de la incertidumbre geoeconómica podría dar lugar a un incremento de la deuda pública de aproximadamente el 4,5% del PIB a medio plazo.A su vez, el endurecimiento y la mayor volatilidad de las condiciones financieras en Estados Unidos podrían tener efectos en cadena en los mercados emergentes y las economías en desarrollo, lo que daría lugar a un aumento de los costes de financiación.España, alumno aventajadoEl FMI alerta especialmente del elevado déficit y el incremento de la deuda de Estados Unidos y China, las dos primeras economías del mundo. En el caso de China, prevé que el déficit público aumente este año desde el 7,3% al 8,6% del PIB y que la deuda pase del 88,3% al 96,3%. En Estados Unidos, la deuda pública bruta se situaría este año en el 122,5% del PIB, frente al 120,8% del año pasado. En realidad, el informe prevé aumentos de la deuda pública no solo en las dos grandes potencias, sino en la inmensa mayoría de las grandes economías, incluidas Alemania, Francia e Italia. España, en ese sentido, vuelve a ser el alumno aventajado, con una constante senda descendente tanto del déficit como de la deuda, según las previsiones del FMI.Las recomendaciones del FMI en ese contexto suenan a conocidas: “En un mundo incierto y en rápida evolución, los países deberán, ante todo, poner en orden sus finanzas públicas. Esto significa aplicar políticas prudentes dentro de marcos fiscales sólidos para fomentar la confianza pública y ayudar a reducir la incertidumbre”, afirma.Los países con un margen limitado en sus presupuestos públicos deben aplicar planes de consolidación graduales y creíbles y permitir que los estabilizadores automáticos, como las prestaciones por desempleo, funcionen con eficacia, según el Fondo. En el caso de los países con mayor flexibilidad fiscal, considera importante utilizar los recursos disponibles de manera prudente, en el marco de planes a medio plazo bien definidos. “El apoyo fiscal a las empresas y las comunidades afectadas por graves perturbaciones comerciales debe ser temporal y específico, haciendo hincapié en la transparencia y la gestión eficaz de los costos”, advierte.
El FMI cree que la recaudación por los aranceles permitirá a Estados Unidos reducir el déficit público | Economía
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