Estados Unidos amenaza a Ucrania con dejarla a su suerte mientras Rusia acoge con cierto optimismo los movimientos de la Casa Blanca para imponer a Kiev un acuerdo de paz. Y todo esto no evita que el Kremlin redoble sus bombardeos contra los civiles del país invadido. “El presidente de EE UU piensa, y creo que con razón, que vamos por el buen camino”, ha declarado sobre las negociaciones el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, a la cadena norteamericana CBS este viernes. Para Lavrov, el Kremlin está preparado para firmar la supuesta paz, “pero faltan ciertos detalles que deben resolverse”. Estas declaraciones precedieron al encuentro de unas tres horas que ha mantenido el enviado especial de Donald Trump, Steve Witkoff, con el presidente Vladímir Putin. “La conversación de hoy ha acercado aún más nuestras posiciones no solo sobre Ucrania, sino también sobre otras cuestiones internacionales”, ha destacado Yuri Ushakov, asesor de política exterior del mandatario ruso. Más informaciónEl consejero de Putin ha señalado que ambas partes abordaron la posibilidad de una negociación directa entre Rusia y Ucrania, situación que se produjo por última vez en las malogradas conversaciones de Turquía en marzo y abril de 2022. Otro miembro del equipo negociador del Kremlin, Kirill Dmítriev, jefe del fondo soberano ruso y persona próxima a la familia de Putin, resumió el encuentro de manera escueta: “Se han logrado avances”.Trump había accedido antes del encuentro, en contra de los principios básicos del orden legal internacional posterior a 1945, al reconocimiento de la anexión rusa de la península de Crimea y el resto de zonas ocupadas, pero para Moscú esos territorios son solo una cuestión aparte dentro de sus planes: Putin quiere devolver a Ucrania bajo el control del Kremlin, directo o indirecto, y para ello necesita su desarme.El avión en el que supuestamente viajaba Witkoff aterrizó en el aeropuerto moscovita de Vnúkovo este viernes por la mañana, según el portal Flightradar. Aproximadamente al mismo tiempo, un coche bomba mataba a las afueras de la capital al jefe adjunto de la Dirección General de Operaciones del Estado Mayor ruso, Yaroslav Moskalik. Se trata del segundo general de alto rango asesinado en la capital en cuatro meses. El espionaje ucranio acabó con la vida del jefe de las fuerzas de defensa química y biológica de Rusia, Ígor Kiríllov, en diciembre.Al otro lado del frente, los misiles balísticos y drones rusos aterrorizan a las ciudades ucranias con más resolución que nunca. A Moscú no le preocupa que sus últimas masacres de civiles pongan en riesgo el apoyo de Trump. Lavrov ha manifestado que sus fuerzas atacan exclusivamente “objetivos militares y edificios civiles empleados por militares”, pese a que las imágenes de niños y embarazadas atrapados entre los escombros de bloques residenciales de Kiev son elocuentes.“¿En quién confía más Trump si se viola el alto el fuego? ¿En Putin o en Zelenski? Para mí es obvio que en Putin”, escribía este viernes el exasesor del mandatario ruso Serguéi Markov en una columna de opinión publicada en The Washington Post.Trump propone “congelar” los combates en el frente. A cambio de esta tregua, un presidente estadounidense moderno legitimaría por primera vez la conquista de territorios por la fuerza al exigir a Kiev que reconozca la anexión rusa de Crimea —China, aliada de Moscú, no lo hace—. Además, Washington pide el rechazo formal de Ucrania a unirse a la OTAN y aboga por levantar las sanciones contra el país invasor, Rusia.Para Putin es una oferta tentadora, pero el mandatario ruso no lanzó su invasión total sobre Ucrania para controlar tan solo localidades de tamaño medio como Soledar o Bajmut, hoy arrasadas y sin futuro, sino para forzar a Kiev a quedar bajo su esfera de influencia.“La firma de un acuerdo [por el Kremlin] podría ser una maniobra táctica de Moscú”, analiza la politóloga rusa Tatiana Stanovaya en X. “Putin parece sinceramente convencido de que los líderes actuales de Ucrania no pueden cumplir estos compromisos y que la agitación interna es inevitable”, agrega la experta del centro Carnegie, aunque enfatiza que la condición fundamental que impone Moscú es el fin de los envíos de armas occidentales: “Sin esto no consideraría aceptable el trato”.El Gobierno ruso insiste desde que comenzaron las conversaciones en que no aceptará un despliegue de tropas internacionales de paz en Ucrania. Según The Times, el Reino Unido se ha repensado esta medida porque “los riesgos son demasiado altos y no hay suficientes fuerzas para llevar a cabo tal tarea”.Sin embargo, la Unión Europea y el Reino Unido dicen no estar dispuestos a dejar sola a Ucrania y han hecho otras propuestas a Washington, según unos documentos a los que ha tenido acceso Reuters. La posición pública de Bruselas es mantener el apoyo militar a Kiev y defender la integridad territorial del país: “Crimea es Ucrania”.Rusia se rearmaPutin ha dejado entrever esta semana que no contempla la paz definitiva, sino un rearme aún mayor. El dirigente abordó este viernes con su Consejo de Seguridad cómo fortalecer aún más su complejo militar-industrial. El jefe del Kremlin se reunió el miércoles con los jerarcas de las empresas bélicas rusas para repasar su enorme producción armamentística. Las fábricas rusas han duplicado el suministro de armas y equipos de guerra electrónica, y han entregado más de 4.000 blindados y millón y medio de drones a sus tropas. “Yo lo sé muy bien, y muchos de los que participan en esta reunión también: estas armas siguen siendo escasas, no es suficiente”, manifestó Putin a los empresarios pese a los cantos de sirena de una posible tregua.Putin tiene 72 años. Su última reforma constitucional, en plena pandemia, le posibilita seguir formalmente en el poder hasta 2036. De este modo, el dirigente tiene por delante, salud mediante, el mismo tiempo que dista de su conquista de Crimea en 2014. Y sus ambiciones imperialistas no se han apagado tras el fracaso inicial de su invasión de toda Ucrania en 2022. “Para Putin es importante reclamar Crimea porque quiere pasar a la historia como un famoso recolector de territorios. Soñaba con recolectar toda Ucrania, pero falló, por lo que en esta fase trata de legitimar a nivel internacional la confiscación de al menos un trozo de tierra extranjera”, señala la periodista rusa Ekaterina Kotrikadze en su canal de YouTube.Además, el Kremlin podría romper los acuerdos de paz en cualquier momento, como ya violó decenas de tratados más al invadir territorio ucranio esta última década. Para Moscú, Zelenski retiene el poder ilegalmente por no celebrar elecciones mientras Rusia bombardea sus ciudades. “Cualquier documento firmado por Zelenski puede ser cuestionado [en el futuro] por su ilegitimidad”, ha declarado el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, en una entrevista concedida al medio francés Le Point.Agentes de las fuerzas del orden trabajan en el lugar donde un coche bomba mató a un alto cargo militar ruso en Balashikha, a las afueras de Moscú, este viernes.Yulia Morozova (REUTERS)Uno de los desafíos a los que se enfrenta el Kremlin en el caso de aceptar ahora una tregua a la baja es su encaje en una sociedad rusa cada vez más radicalizada. Desde el minuto uno de la invasión Putin se ha marcado como objetivos el desarme total y la “desnazificación” de Ucrania, un eufemismo con el que se refiere a la sustitución del Gobierno de Zelenski y el resto de administraciones por un poder amigo del Kremlin. Sin embargo, entre los analistas militares y blogueros ultrapatriotas cunde la sensación de que este supuesto alto el fuego solo sería una falsa paz antes de volver a intentarlo.El consenso entre los militares rusos a los que ha tenido acceso este periódico, desde mercenarios y voluntarios a tropas regulares, es que Putin es su comandante en jefe supremo y acatarán sus órdenes sean cuales sean, aunque no ocultan que parar la ofensiva ahora sería una decepción.No obstante, el Kremlin ha reforzado su control dentro del ejército con una amplia purga dentro del Ministerio de Defensa. Su último exponente, el general Iván Popov, uno de los “héroes” que estabilizó el frente en 2023 y criticó la sangría entre sus tropas por culpa del alto mando, fue condenado este jueves a cinco años de cárcel por una polémica acusación de corrupción.En cualquier caso, permitir una Ucrania independiente sería un giro de 180 grados en el discurso del Kremlin. “No dejaremos de lado la desnazificación del régimen de Kiev, que extermina legislativa y físicamente todo lo ruso”, proclamó a finales de marzo el ministro Lavrov. “Somos los herederos de la gran victoria que lograron para nosotros los héroes del pasado. Mientras recordemos esto seremos invencibles. La victoria fue nuestra. La victoria permanece con nosotros. La victoria será nuestra”, ha manifestado este viernes el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev, en un acto por el 80º aniversario del final de la Gran Guerra Patria, el frente soviético en la II Guerra Mundial. Para Putin, la invasión de Ucrania es su particular Gran Guerra Patria, y de su resultado dependerá el hueco que le guarde la historia.
El Kremlin ve “avances” en la negociación sobre Ucrania tras la reunión de Putin con el enviado de Trump | Internacional
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