La residencia internacional para escritores latinoamericanos anunciada por el Ayuntamiento de Barcelona en el marco de la FIL de Guadalajara ha despertado la alarma del sector literario catalán. Dotada con 80.000 euros y impulsado por el Ayuntamiento con la colaboración del Consorcio de Bibliotecas de Barcelona y Casa Amèrica Catalunya, se trata de una residencia de escritura para que autores latinoamericanos narren la ciudad. La beca fue criticada en redes por el hecho de dedicar una cifra cuantiosa al impulso de la literatura en lengua castellana en un contexto de emergencia del catalán. Un día después del anuncio, la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana ha publicado un comunicado donde pide al alcalde Collboni que la retire y dedique “íntegramente la dotación prevista a la creación al catalán, una lengua que no cuenta con otras instituciones que las catalanas para garantizar el fomento, la difusión y la continuidad”.En un texto publicado en la página web de la institución, se considera la beca una “medida unilateral no consensuada y ni siquiera compartida previamente con las entidades autorales”. La preocupación surge porque, aunque no se especifica, se deduce que la beca se destinará a escritores en castellano: “cualquier convocatoria que menosprecie la las lenguas indígenas de la América del Sur y Mesoamérica, y obviamente el catalán, no hará otra cosa que insistir en los procesos de minorización que sufren estas lenguas”. En redes se ha manifestado frustración también por la cifra de la beca, superior a todas las subvenciones y premios destinados a la publicación de un libro en catalán. Algunos políticos también han salido a criticar la iniciativa: según Jordi Martí Galbis, concejal de Junts per Catalunya, “ante la actual emergencia lingüística, las ayudas del Ayuntamiento tienen que priorizar a los escritores en lengua catalana y el catalán. Añadirse al Pacto por la Lengua no sirve de nada si luego se discrimina el catalán”. También Elisenda Alamany, secretaria general de ERC, ha tuiteado: “De la misma forma que un turista que viene unos días no puede ser capaz de entenderla, ningún escritor puede representar la identidad y alma de Barcelona haciendo un erasmus de tres meses pagado por el Ayuntamiento”. Preguntado sobre la polémica, Xavier Marcé, concejal de Cultura e Industrias creativas del Ayuntamiento de Barcelona, afirmó en rueda de prensa este lunes que se debe interpretar la residencia en un contexto que ya cuenta con las becas Montserrat Roig, “con una inversión acumulada de un millón y medio de euros”, así como programas de intercambio de escritores y subvenciones a las traducciones: “Esta beca sería polémica si fuera la única acción de política cultural del ayuntamiento”, afirmaba el concejal, que también remarcó que un 74% de los autores invitados a la FIL escriben originalmente en catalán.Convocadas anualmente, las becas Montserrat Roig, destinadas mayoritariamente (pero no exclusiva) a la creación literaria en catalán, están dotadas con 6.000 euros y están previstas un total de 27 ayudas para la próxima convocatoria. Marcé también apuntó que el presupuesto de la nueva beca no es íntegramente para el autor, más de la mitad está destinado a la producción editorial. Por cada residencia otorgada, el autor recibe 20.000 euros en concepto de honorarios. Otros 43.000 euros son para la producción, traducción al catalán, distribución y comunicación, y 16.000 euros para los gastos de desplazamiento, alojamiento y manutención. Recién llegado a Guadalajara para inaugurar el stand de Cataluña en la FIL, Salvador Illa, presidente de la Generalitat, afirmó en atención a los medios que respeta la iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona y que considera que “abrirse siempre es bueno”, informa Camilo S. Baquero. La preocupación por esta beca coincide con las cifras recientemente publicadas por la consejería de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya y el Idescat, que demuestran el continuado retroceso del catalán: en Barcelona menos del 25% de la población lo habla regularmente.

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