A lo largo de 2025, el país ha enfrentado un deterioro sostenido del orden público, marcado por acciones terroristas simultáneas, restricciones a la movilidad, ataques a la infraestructura y presiones directas sobre la población civil en distintas regiones. El aumento de hechos violentos, sumado a la persistencia de economías ilegales como la minería ilícita y el narcotráfico, ha configurado un escenario de alta complejidad para la seguridad, con impactos diferenciados según el actor armado y el territorio.En este contexto, los paros armados, los hostigamientos y las amenazas colectivas se han convertido en una herramienta recurrente de algunos grupos armados ilegales para ejercer control territorial y disputar rentas ilegales. Un reciente atentado terrorista se presentó hace pocos días contra una base militar de Aguachica, Cesar.Las estadísticas oficiales de la reflejan este panorama, aunque se reporta un aumento en capturas, incautaciones y neutralización de infraestructura ilegal, los datos también evidencian que no todas las redes criminales han sido impactadas con la misma intensidad.Ataque en Aguachica, Cesar. Foto:CortesíaDe acuerdo con el balance, de la Subjefatura de Estado Mayor de Operaciones Conjunta de las Fuerzas Militares, el Eln pasó de 228 afectaciones en 2024 a 418 en 2025, lo que representa un aumento del 183 %. Aunque la variación porcentual es significativa, en términos comparativos el número de acciones contra esta organización se mantiene por debajo de otras estructuras como las disidencias del Estado Mayor Central (disidencias de ‘Mordisco’) o el ‘clan del Golfo’, que superan ampliamente las mil afectaciones en el mismo periodo.Esta diferencia se produce en un año en el que el Eln ejecutó al menos cuatro paros armados y mantuvo una ofensiva sostenida en distintas regiones del país. Durante el año, los paros cuatro armados decretados por esta guerrilla generaron restricciones a la movilidad, cierres de comercio, interrupciones del transporte y amenazas directas a la población civil en zonas específicas.Presidente Gustavo Petro se pronunció sobre el paro armado del Eln Foto:Presidencia / Archivo EL TIEMPODe acuerdo con el balance, las operaciones a las disidencias de ‘Iván Mordisco’ pasaron de 1.021 a 1.246, un 122 % de diferencia. Contra la ‘Segunda Marquetalia’ se registró un incremento del 112 %, al pasar de 319 a 357, mientras que el ‘clan del Golfo’ presentó un aumento del 110 %, de 1.573 a 1.737 afectaciones.El total de afectaciones a estructuras armadas organizadas alcanzó las 13.591 en 2025 frente a 3.758 en 2024, lo que representa un incremento global del 120 %. A estos resultados se suman 77 presentaciones voluntarias, 743 casos de sometimiento a la justicia y la recuperación de 429 menores de edad que se encontraban vinculados a estos grupos.El almirante Francisco Cubides (c), comandante de las Fuerzas Militares, y la cúpula. Foto:CortesíaSegún las cifras, en lo corrido del año se intervinieron 20 zonas con minas antipersonales, con un área despejada de 284.718 metros cuadrados. Estas operaciones impactaron a comunidades de 31 municipios. En ese mismo periodo fueron destruidos 13.900 artefactos explosivos improvisados de este tipo asociados a actividades de control territorial y protección de rentas ilegales.En materia de capturas, las cifras pasaron de 576 en 2024 a 938 en 2025, lo que representa un incremento del 163 %. De manera paralela, las Unidades de Producción Minera ilegal tipo socavón neutralizadas pasaron de 401 a 1.396, un aumento del 300 %. También se reportó el incremento en la inutilización de dragas, que pasó de 337 a 478, y de maquinaria amarilla, de 170 a 221, con una variación del 130 %.Disidencias de las Farc (Imagen de archivo) Foto:AFPLas autoridades estimaron que el daño ambiental asociado a estas actividades ilegales equivale a un impacto que requeriría cerca de 20 años para su recuperación, sobre un área comparable a 200 canchas de fútbol, según los cálculos técnicos presentados en el informe.En cuanto al armamento y material de guerra incautado, el reporte indica que las armas largas decomisadas aumentaron un 20 %, al pasar de 928 en 2024 a 1.133 en 2025. Las armas cortas incautadas casi se duplicaron, de 32 a 62, con un crecimiento del 194 %. Las municiones decomisadas pasaron de 350.697 a 849.190, un aumento del 200 %, mientras que los explosivos incautados crecieron un 158 %, de 16.610 kilogramos a 26.193.Jesús Blanquicet – Justicia – @JusticiaET – blaant@eltiempo.com

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