
El patronato del museo Guggenheim Bilbao ha acordado este martes paralizar el proyecto de expandirse a la reserva natural de Urdaibai. No habrá un museo con la marca americana en el entorno de Gernika y Murueta. Las instituciones que forman parte de la dirección del Guggenheim en Euskadi han claudicado a las trabas administrativas, judiciales y al clamor social en contra de instalar un museo en el entorno paisajístico de Urdaibai. Este repentino parón ha sido anunciado este martes por la diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe; la consejera de Cultura, Ibone Bengoetxea, y la nueva directora del Guggenheim Bilbao, Miren Arzalluz.“El patronato ha decidido no seguir adelante”, ha anunciado hoy la directora del Guggenheim de Bilbao, Miren Arzalluz. Era una muerte anunciada, según las plataformas ciudadanas y los ecologistas contrarios a este proyecto. “No ha sido una decisión fácil”, ha reconocido hoy Etxanobe, quien ha admitido que han tenido que aceptar que no se podía seguir adelante por las dificultades e “incertidumbres” que rodeaban a este proyecto. La Diputación de Bizkaia, siempre en manos de los nacionalistas, ha sido el principal promotor de esta operación. En 2008 se ideó la propuesta de ubicar otro Guggenheim en Urdaibai, complementario al edificio de titanio que se abrió en 1997 en la capital vizcaína. La institución foral lo reactivó en 2021 con un proyecto que pretendía conjugar el medioambiente y el museo en el corazón de la reserva natural. El plan original prevé ubicar en Gernika, en la antigua sede de la cubertería Dalia ya derribada, la puerta de entrada del proyecto museístico con un edificio de 2.500 metros cuadrados en una parcela total de 20.286 metros cuadrados, destinados a actividades educativas y de investigación. Según la memoria que ha publicado el Guggenheim, en Murueta se construiría otro edificio “plenamente integrado en el paisaje, con galerías expositivas, exposiciones temporales y espacios gastronómicos”, en una superficie total de 41.389 metros cuadrados, donde se levantaría un edificio de 3.700 metros cuadrados en los terrenos que en la actualidad ocupan los astilleros Murueta, aún en activo.Periodo de reflexiónBizkaia no ha cejado en su empeño por sacar adelante su propósito. A finales de 2022, cuando el hoy lehendakari Imanol Pradales era responsable foral de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, blindó 40 millones para acometer las obras. Ese dineral sigue congelado, sin ejecutarse. Pradales, a quien en su jura como mandatario vasco le recibieron con pancartas con el lema “Menos Pradales y más humedales”, siempre ha defendido la iniciativa y llegó a declarar, en diciembre de 2024, que su deseo era presidir la inauguración del Guggenheim de Urdaibai.Fue el exlehendakari Iñigo Urkullu quien a finales de 2023 anunció que se abría un plazo de dos años para repensar el proyecto. Ese periodo para la reflexión llega ahora a su fin. En los últimos meses se ha llevado a cabo un proceso de escucha que ha sido dirigido por Agirre Lehendakaria Center (una entidad creada en 2013 por la universidad pública vasca en colaboración con la Columbia University de Nueva York). Sus conclusiones definitivas no se conocerán hasta mediados de enero, aunque ya se conoce por dónde irán los resultados a la vista de las consultas realizadas hasta ahora. De las primeras 660 entrevistas, el 80% de los consultados se declara en contra del proyecto y sólo un 8% lo apoya. El resto están entre los indecisos o los que prefieren no pronunciarse.La expansión internacional de la Fundación Guggenheim ha sido tan ambiciosa como accidentada. Varios de los proyectos ideados desde mediados de los años 2000, como los de Helsinki, Berlín, Salzburgo o Río de Janeiro, han sido cancelados. En este contexto, el Guggenheim de Abu Dabi emerge como el último gran proyecto en marcha: diseñado por Frank Gehry, será el mayor museo de la red, aunque acumula años de retrasos y aún no tiene fecha de inauguración. Tras la muerte de Gehry y el repliegue estratégico de la fundación, Abu Dabi se perfila como el capítulo final y más tangible de una expansión global que nunca llegó a completarse del todo.
Las instituciones vascas deciden poner fin al Guggenheim en Urdaibai | Cultura
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