
Cientos de personas hicieron cola durante más de tres horas este martes para ver a los dos últimos pandas de Japón en el zoológico de Ueno, en Tokio, un día después de confirmarse que regresarán a China a finales de enero, un mes antes de lo esperado. La marcha de los pandas gemelos Xiao Xiao y Lei Lei dejará al archipiélago sin estos animales por primera vez desde 1972, en pleno enfriamiento de las relaciones entre Tokio y Pekín, propietario de todos los pandas del mundo —que cede mediante contrato a zoológicos globales en el marco de un programa de conservación—, a raíz de unos comentarios de la primera ministra nipona, Sanae Takaichi, sobre Taiwán. Los visitantes hacen fila para ver al panda gigante Lei Lei en el zoológicos de Ueno en Tokio, Japón, el 16 de diciembre de 2025.
FRANCK ROBICHON (EFE)Hay tanto interés en ver por última vez a los animales que el zoológico de Ueno, donde residen, se ha visto obligado a limitar a 4.800 el número de visitantes diarios a los que se permitirá la entrada al recinto de los pandas, y a un solo minuto por persona el tiempo de visita, según detalló el zoo en un comunicado. A partir del martes que viene y hasta el 25 de enero, el último día en que será posible ver a Xiao Xiao y Lei Lei, será necesario reservar con antelación, indicó el centro. La tensión diplomática entre Japón y China ha sembrado dudas sobre si el gigante asiático permitirá el envío de nuevos ejemplares al archipiélago, después de que venza en febrero el plazo para devolver a Pekín a los dos pandas de Ueno, los últimos en territorio japonés. La devolución de los gemelos se añade a otra efectuada el pasado junio, cuando los cuatro pandas residentes en el complejo Adventure World de Shirahama, en la prefectura de Wakayama (centro), regresaron a China, después de que Pekín rechazara prorrogar el acuerdo de préstamo con las instalaciones japonesas. El envío de pandas como herramienta diplomática por parte de China se remonta décadas atrás y se consolidó en Japón con la llegada de los primeros ejemplares al zoo de Ueno, el más antiguo del país, en 1972, tras la normalización de las relaciones los dos países. Desde entonces, Japón ha acogido y criado a más de una veintena de ejemplares, que han sido recibidos con gran entusiasmo por los japoneses y han servido como símbolo de amistad entre las naciones. Solo en el zoo de Ueno, Xiao Xiao y Lei Lei tuvieron un impacto económico de más de 30.000 millones de yenes (unos 166 millones de euros) en el primer año tras su presentación al público en 2021, según estimaciones publicadas por Katsuhiro Miyamoto, profesor emérito de Economía en la Universidad de Kansai.
Pasión por ‘Xiao Xiao’ y ‘Lei Lei’: colas de más de tres horas para ver a los últimos pandas de Japón antes de su vuelta a China | Clima y Medio Ambiente
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