Cuando tras pensárselo mucho, Ernest Urtasun aceptó a finales de 2023 ser ministro de Cultura del Gobierno de Pedro Sánchez, la cúpula de Comuns, su formación, le pidió que tuviera mucha presencia en Cataluña. En un momento de incertidumbre política tras perder el Ayuntamiento de Barcelona, su principal feudo en la comunidad, los comunes entendían que la figura de Urtasun podía ser importante para el rearme electoral. Y con un pie en Madrid y el otro en Barcelona, Urtasun ha cumplido con esta petición. No hay ningún otro miembro del Consejo de Ministros que haya concentrado tanto las visitas en Cataluña en el último mes: cinco de los últimos 13 compromisos nacionales en su agenda de Gobierno se han celebrado en territorio catalán.A las visitas se le suman varios anuncios de calado en los últimos meses: la compra de la icónica Casa Gomis de La Ricarda, junto al aeropuerto de El Prat, por parte del Ministerio de Cultura (será una pieza importante en la futura remodelación de la infraestructura aeroportuaria); la reapertura a finales de 2026 del Museo Nacional Arqueológico de Tarragona (MNAT), cerrado desde 2018; y la autorización para la contratación de la obra pública de la futura Biblioteca estatal en Barcelona, que también marcará la agenda del Ministerio en Cataluña a medio y largo plazo.“Queríamos visibilizar la formación a través de un ministro catalán que tuviera presencia en el Gobierno”, explica una fuente de Comuns. “Aquí la gente ya sabe que Ernest es el ministro de Cultura, pero seguramente desconoce qué hace Jordi Hereu [ministro socialista de Industria, el otro responsable catalán del Gobierno]por ejemplo”, compara. El tiempo parece avalar esta idea: el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) aseguraba en enero de 2024, en su primer barómetro, que únicamente el 22% de la población conocía a Hereu [exalcalde de Barcelona] y Urtasun; mientras que el último, publicado la semana pasada, determina un 33% para el ministro de Comuns y un 27% para el socialista. “Ernest sabe desde el primer día que es importante que venga”, insiste la misma fuente.Sin el hiperliderazgo de Ada Colau (dejó el Ayuntamiento de Barcelona a finales del año 2024 y no están claros cuáles son sus planes tras no revalidar la alcaldía en las últimas elecciones); tras perder dos diputados en el Parlament de Catalunya (pasó de ocho a seis, pero Illa les necesita para sacar adelante sus proyectos) y verse superados por Podemos en las europeas (ese sorpasso solo ocurrió en Cataluña), la falta de referentes ha obligado a Comuns a rentabilizar la presencia pública sus dos caras más reconocibles: Jéssica Albiach, líder en el Parlament; y Ernest Urtasun en el Gobierno. “Ernest y yo sacamos adelante la política institucional; y las coordinadoras [Gemma Tarafa, regidora en Barcelona; y Candela López, diputada en el Congreso]el día a día del partido”, clarificó Albiach en una entrevista a EL PAÍS. “No queremos fomentar los hiperliderazgos. Una organización feminista trata de distribuir la responsabilidad y la visibilidad”.La aritmética parlamentaria en Cataluña ha permitido a Comuns, y en concreto a Albiach, ser decisivos en la agenda legislativa catalana, puesto que sus diputados son esenciales para que el PSC y ERC alcancen la mayoría absoluta. A la vez, Urtasun refuerza desde Madrid los mensajes del partido en materia de vivienda, la carpeta matriz de los comunes. “Instamos al PSOE a desbloquear la regulación del alquiler de temporada en el Estado”, pidió el ministro hace dos semanas en otra visita a Barcelona. Urtasun ha sido la cara visible de Sumar en las negociaciones con el PSOE sobre los decretos ómnibus o vivienda; y la receta parece dar los primeros frutos en Cataluña: el último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió plantea un repunte electoral de hasta el 8% de apoyos (obtuvieron un 5,8% en 2024) en unas eventuales elecciones autonómicas. “Poco a poco el electorado va regresando”, celebran desde el grupo parlamentario.Tras desarrollar el grueso de su carrera política en el Parlamento Europeo (fue diputado en Bruselas entre 2014 y 2023), Urtasun saltó al tablero nacional al ser elegido por Yolanda Díaz como portavoz de Sumar para las elecciones generales de 2023. El movimiento buscaba reforzar el proyecto con un perfil europeísta y ecologista y con vinculación con la Cataluña del posprocés, donde residían buena parte de las opciones electorales de la confluencia. Con siete de los 31 diputados obtenidos en Cataluña, la comunidad fue junto a Madrid el principal trampolín de Díaz para poder reeditar la coalición de Gobierno.La primera apuesta de Comuns para entrar en el Consejo de Ministros fue Ada Colau. Pero tras la negativa de la exalcaldesa de Barcelona, reapareció la figura de Urtasun. “Costó convencerlo y sacarlo de Bruselas”, admiten desde la formación. “Le encanta la política europea, tenía su vida allí y la política actual tiene un coste personal”, explican quienes le conocen. Formado en el Liceo francés de Barcelona, uno de los colegios más prestigiosos de la ciudad; licenciado en Económicas y Diplomático de carrera, el crecimiento de Urtasun en el tablero político abre los interrogantes sobre su futuro en el partido; pero sus compañeros dudan de su interés para hacer el salto a Cataluña. “No es su mundo”, responde una fuente parlamentaria. “Él podría estar en cualquier embajada, y cree que no sería un buen candidato”, cierra sobre el ministro de Cultura.
Urtasun intensifica sus actos en Cataluña como ministro de Cultura para reimpulsar Comuns | Noticias de Cataluña
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